¿Qué hago yo aquí?


Justo ayer cuando salí a correr y comenzó a llover, mientas pasaba por las casas e imaginaba a todos en sus camitas, dentro de sus sábanas calientitos. Me pregunté: ¿qué hago yo aquí? Cuando podría estar cómodamente en mi cama, en mi casa viendo tele, tomando café y metida en las sábanas.

Cualquier persona que esté actualmente con alguna meta en la mira, les aseguro le ha pasado esta pregunta por la cabeza. Aunque es una interrogante difícil de responder, especialmente en momentos que estás cansado y lo único que quieres es llegar a la casa y ponerte ropa seca. 

O cuando te encuentras con el moco caído, o mil manerase más de  definirlo: Que le crezcan los enanos del circo, se le caiga el piano, le boten los legos... Mil idiomas de expresarlo, pero al final todo se resume en: ando baja de motivación. Y no necesariamente, por que no haya podido entrenar, o tenga una lesión que me tenga "fuera de la cancha". NO, creo es algo más que eso.
Es ahí, cuando comienza lo que se llama: "Entreno pasivo", y es a veces la parte más dura del entrenamiento.
Como  me dijo mi entrenador Álvaro: "Para ser fuerte físicamente hay que ser primero fuerte mentalmente".

Y sí, hacer deporte es una de las cosas más maravillosas me ha  pasado en los últimos años. Me he dado cuenta no soy la única "loca" que se levanta contenta a las 4:30 am para salir a entrenar, a pesar de el frío. Estoy rodeada de personas que día a día le "ponen bonito" al entreno, y tratan de dar lo mejor.  Por que cada meta que tengamos en mente viene acompañada de muuucho sacrificio, dedicación, amor, fortaleza y sobre todo viene acompañada de buenos consejos y de persona maravillosas que te alientan a seguir día a día.
Personas que te preguntan los lunes: ¿Cómo estuvo el entreno del fin? , que te brindan un: "Usted puede, póngale ganas", hasta los mismo compañeros del trabajo que siempre me dicen: "Vamos a nadar", "Salgamos andar en bici o correr", "subamos hacer pesas". Es cuando me doy cuenta que NO, no estoy sola. Hay muuuuchas personas que están conmigo y llevan "la locura" de hacer deporte.

Personas que lloramos la primera vez que cruzamos la meta.  Por que detrás de esa línea de llegada, hay baúles de recuerdos, madrugadas de entrenadas, risas, llantos, lesiones, dolor y mucho esfuerzo. Es cuando nos cuelgan la medalla en el cuello y orgullosos inflamos el pecho. Por que aunque no lo sepan no es una simple medalla. Es un reconocimiento por todo el esfuerzo, es un simple recordatorio, de que si, LO HICIMOS, SÍ PUDE, y aquí estoy pensando en mi próxima carrera.



Y justo cuando ando con "las pilas bajas", amigos corredores y triatletas que están y han estado afuera de "las canchas" por lesiones, me animan a seguir adelante y no hacerle caso a los monos que andan brincando por mi cabeza. Cualquiera persona que practique un deporte, y sepa todo lo que se sacrifica y muchas veces se sufre me entenderá, pero realmente no hay mayor satisfacción de haber terminado lo que se comenzó, poder alcanzar la meta y decir: Este logro no es mio, si no es también de TODAS, sí, absolutamente de todas las personas que estuvieron conmigo. Por que sola, no lo hubiera logrado.

Cuando llegue a cruzar la meta de mi primer tri, aunque sea uno pequeñito, sé que lloraré, y dejaré de ser: Noe, para ser: Noe la triatlonista, Sí, LA triatlonista. Y espero Dios me siga dando mucha vida, salud y trabajo para continuar cosechando más logros y sobre todo para poder disfrutar del deporte y de la mejor parte de él : Los  buenos amigos que se hacen y las maravillosas personas que se conocen.

Entonces, ¿Qué hago yo aquí? 
Pues disfrutando de mi locura, y vivirla a cada momento.

Como dice el lema del Boca: "Solo entiende mi pasión quien comparte mi locura"

A seguir aprentando el gas y poniéndole ganas.

Y muuuchas gracias a  ese pequeño círculo de personas que día  a día están conmigo y me apoyan.

Por ahora, estoy lista para mi entreno de mañana, y como dicen: Todo gran logro conlleva un gran esfuerzo.

Comentarios

Entradas populares